No se por que accedí venir a este lugar, ubicado en el sector más rosa y lúgubre de la ciudad, donde los niños ricos vienen a drogarse en una nube de pretensión, que puede ser divisada a leguas, y en el que gente como yo no transita, pues no vengo de familia adinerada ni tengo un registro de drogas.
Solamente fue entrar con mis "amigotes" para percibir la combinación de aromas: drogas y perfumes caros; donde mi modesta colonia desentona en esa atmósfera, y mi mente libre de drogas era noqueada por los estímulos psicotrópicos del ambiente.
Por eso creí que eras una alucinación de mi débil mente, no acostumbrada a esas sustancias de las que mamá me advirtió tanto; pero estas ahí, tan bella con tu belleza de guerrera celta, magníficamente adornada y grácil con una sonrisa que evidentemente era ocasionada por la marihuana que en esos momentos aspirabas.
Nunca podré olvidar esos cabellos rojos, encendidos, rebeldes e indomables, similar a los majestuosos rubíes que las mujeres obstentan; tu sonrisa adornada por unos dientes tan blancos y perfectos cual collar de perlas fueran; tus ojos azules como un zafiro de la llanura africana, y tus labios tan rojos y encendidos como tu cabello.
En esos momentos comprendí que debía besarte, tenerte, amarte como nunca había amado a ningún hombre; sabía que aunque ninguna mujer me había hechizado tu lo hiciste tumbada en aquella alfombra fina. En ese instante aparté a todos de mi mente, para mi tu eras única, inigualable, eras tu la mujer que despertó en mi lo que ninguna otra había despertado.
Tomé valor, me acerqué a ti, te dije tartamudeando un "Hola" y tu tan magnífica como drogada reíste y me devolviste el saludo con "Ven niño, sentate, queres un plon?", te expliqué que nunca había probado drogas ni siquiera fumado un cigarrillo, y tu con otra risa aspiraste de tu hierba medicinal y juntaste tu boca con la mía.

Ese beso, ese beso, ese beso...me llevó a la locura, al éxtasis, por esos labios tan suaves, delicados y femeninos,tan distintos a la dureza de los hombres, tanto así que me hizo sentirme ligero y liviano, o tal vez fue la droga que aspiraste? de cualquier modo me convertí en un adicto a ti.
No se de donde saque los cojones para tocarte, saber que eras real, que no eras un sueño, tocar ese cuerpo digno de modelo europea, pero con las caderas de una latina, y el busto grande y firme, que en esos momentos recorría con mis labios, sin importarnos las miradas de los demás, aunque estaban tan drogados para siquiera notar donde se encontraban.
Te dije que te amaba, que te deseaba, que eras para mi todo los que alguna vez soñé y no había encontrado hasta este momento, tu me dijiste "Niño, sos un hombrecito muy dulce" y soltaste otra risita, risa maravillosa, como canto de ninfa y volvimos a entrelazarnos en un beso, tan maravilloso como todos los que acontecieron esa noche.
Al llegar el amanecer llego la hora de la partida, yo con mis "amigos" tan drogados que pensaban estar en Checoslovaquia , vallan a saber ellos por que; tu con tus amigas, hippies, bohemias y vulgarmente feas a tu lado, entonces nos dimos el último beso. Lloré como un niño, tu reiste, me diste el pequeño porro que no alcanzaste a fumar y me dijiste "Eres mi caballerito especial" montaste en tu carro último modelo, yo partí con mis amigos "los checoslovacos" en un taxi, donde sonaba una canción sobre un amor efímero.
Llegué a casa, me desvestí mientras lloraba, recordando tu hermoso rostro y lujurioso cuerpo, mi maravillosa, mi celta sin nombre, mi hechicera, mi mujer, me hiciste tuyo, y ahora me toco pensando en ti, en tu risa y en la forma en como me decías "Niño".
Genial!no tengo muchas palabras para describir tú excelente trabajo.Esa chica pelirroja me recuerda a una historia que estoy realizando.
ResponderEliminarEscritor admirable,te comprendo porque tambien escribo.
Que hermoso relato,esa narración,palabras perfectas para redactar la escena,el sentimiento hacia la chica,como describes cada parte de su cuerpo semejante a una modelo...
Genial,genial y genial...