jueves, 15 de octubre de 2009

El roba corazones en serie.

Eres el roba corazones en serie, con tu peligrosa mirada y afilada encantadora sonrisa, llegas y asesinas cada corazón que creyeron tus palabras, dejándolos como el tuyo: negro, roído y sucio.

Con esos frios e inexpresivos ojos llegas hasta cada puerta, mientras la ponzoña vulgar de tu sonrisa se impregna en cada memoria que tuvo la osadía (o la estupidez) de abrirte sus puertas, olvidando momentáneamente que tu eres él más buscado por destrozar corazones.

Quizás cuando oyes la lluvia golpetear contra tu ventana, recuerdas las historias que se relatan sobre la frialdad de tus actos, y piensas si vale la pena conseguir una nueva victima, pues en todo caso el sexo no te llena, y tu corazón ya no palpita.

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Me pregunto una y otra vez: Como has podido evadir la justicia del Karma? Pero solo debo verte sonreír para saber que tu único pecado es ser tan encantador, tu castigo es esa belleza angelical que te dio el destino, el placer y el sexo casual es tu sórdida vida, el amor verdadero para ti una utopía.

He visto como abordas a tus victimas, con el sonido de un baile sensual y peligroso consigues la coartada perfecta, una mirada hiriente libre de expresión doblega a tu presa, mientras un fondo de sonidos tropicales y cursis cantan al ritmo de los pasos que das hacia tu objetivo, que no sabe que entre los rompe corazones eres el más temido.

Pero existe un detalle que no muchos conocen, te encanta llorar después del patético sexo, preguntándote sí algún hombre penetrara en tu corazón de igual forma como lo hacen con tu cuerpo.

1 comentario:

  1. Hola Checho,

    El amor no tiene porqué ser trágico y no siempre se puede asumir el papel de Damisel sumisa e indefensa.

    El roba-corazones existe porque no falta el incauto o el muy necesitado que le hace caso.

    Saludos.

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